martes, mayo 09, 2006

el hechizo de La Luna

…Entonces, “La Luna” comenzó a girar en torno a mi, mientras “Ganímedes” disponía su copa para recibir el místico y poderoso “Néctar” y verterlo sobre mi. Yo solo observaba como “Sèmele” cambiaba de “crecientes” a “menguantes” rápidamente, tanto, que comencé a sentirme como hipnotizado y mareado. Tuve que ponerme de rodillas en el suelo para no caerme, al ver que “La Luna” en su revolución precipitada comenzaba a llorar, sudar y babear toda ella, mientras gemía desesperadamente, aunque no sabía si era de dolor o de placer, pues encontrabame muy impresionado por lo que estaba presenciando. Entonces, todas esas secreciones pasionales y misteriosas de “La Luna” comenzaron a verterse mezcladas en la copa que “Ganímedes” mantenía sobre mí, llegando a ebullir y rebozarse sin parar sobre todo mi cuerpo; como si “La Luna” entera se estuviera vertiendo sobre mí. De repente me vi bañado en una especie de marea en la que parecían entremezclarse el agua del mar, la leche que brota de las mamas de una cabra y la filigrana de plata más brillante que nunca antes había visto en todo el reino de “Zeus”…

…Todo mi cuerpo se había vuelto plateado y brillante, como aquella misteriosa mezcla de pócimas de poder que aún seguía vertiéndose sobre mí sin cesar, y no satisfecha “La Luna” al ver aquello me pidió:

_ “Evyenie”, has de beber si de verdad un “Dios”
quieres llegar a ser._


Parte de mi novela "Juegos de Poder entre El Sol, La Luna y Yo".
"Homo-sapiensis"

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