domingo, abril 01, 2007

Kabuki, "el arte de cantar y bailar"

Kabuki, una forma de teatro japonés tradicional que se caracteriza por su drama estilizado y el uso de maquillajes elaborados en los actores.
Los caracteres kanji individuales, leídos de izquierda a derecha, significan cantar (歌 ka), bailar (舞 bu), y habilidad (伎 ki). Frecuentemente se traduce kabuki como "el arte de cantar y bailar". Existen sin embargo, caracteres ateji que no reflejan la etimología actual, y que la palabra kabuki se cree que en realidad está derivada del verbo kabuku, que significa "inclinarse", o "estar fuera de lo ordinario", de modo que el significado de kabuki puede ser interpretado también como teatro "experimental" o "extraño".

La historia del kabuki comenzó en 1603, cuando Izumo no Okuni, una miko de Izumo Taisha, comenzó a realizar un nuevo estilo de danza dramática en las riberas secas del río Kioto. Las ejecutantes femeninas interpretaban tanto los papeles femeninos como masculinos en situaciones cómicas de la vida cotidiana. Este estilo se hizo popular de una manera casi instantánea, tanto así que incluso se le pidió a Okuni que hiciera su interpretación frente a la Corte Imperial. Dado el rotundo éxito, no tardaron en aparecer rivales, y el kabuki nació como un conjunto de drama y danza ejecutado por mujeres, una forma muy diferente de su encarnación moderna. Muchas de las ejecuciones en este período fueron de carácter indecente, las ejecuciones sugestivas eran realizadas por muchas imitadoras; estas actrices estaban comúnmente disponibles para la prostitución, y los miembros masculinos de la audiencia podían requerir libremente de los servicios de estas mujeres. Por esta razón, el kabuki era también escrito como 歌舞妓 (prostituta cantante y bailarina).

La atmósfera escandalosa y en ocasiones violenta de las ejecutantes de kabuki atrajo la atención del shogunato Tokugawa ( época del Shogun Edo, quien fué el tercero y último Shogun que ostentó el poder en japón), y en 1629 las mujeres fueron expulsadas de los escenarios con el supuesto propósito de proteger la moral pública. Algunos historiadores sugieren que el gobierno estaba preocupado dado que la popularidad del kabuki dramatizaba la vida cotidiana (en vez del pasado heroico) y dio a conocer escándalos recientes, algunos de los cuales involucraban a oficiales del gobierno.

Puesto que el kabuki ya era tan popular, los actores jóvenes masculinos tomaron el lugar de las mujeres. Junto con el cambio de los ejecutantes, el género cambió a su vez el énfasis de la ejecución: la tensión creciente fue puesta más en el drama que en la danza. Estas actuaciones resultaron igualmente obscenas, y muchos actores estaban también disponibles para la prostitución (incluso para clientes homosexuales). Las audiencias se alborotaban frecuentemente, y de vez en cuando explotaban las reyertas, en ocasiones para requerir los favores de un joven actor atractivo en particular, llevando al shogunato a prohibir también las actuaciones de actores jóvenes en 1652.

Desde 1653, sólo hombres maduros podían realizar kabuki, lo que se convirtió en una forma sofisticada y altamente estilizada llamada yarō kabuki (野郎歌舞伎, "Kabuki de hombres"). Esta metamorfosis de estilo estaba altamente influenciada por el teatro cómico kyōgen (狂言), que fue extremadamente popular en este tiempo. Hoy día el "yarō" ha decaído, pero no fue hasta recientemente que los roles interpretados en el kabuki eran ejecutados sólo por hombres. Los actores que se especializaban en interpretar papeles de mujeres eran conocidos como onnagata u oyama (ambos se escriben 女形). Los onnagata comúnmente provenían de familias especializadas en este estilo. Otros dos roles principales eran aragoto (荒事, estilo áspero) y wagoto (和事, estilo suave).

He de agregar que en nuestros tiempos modernos el artista multidisciplinar Lindsay Kemp puede considerarse como uno de los perpetuadores de este arte; adaptandolo a las nuevas manifestaciones y/o formas de representación del teatro moderno (Aun recuerdo en una ocasión que tuve de ver una puesta en escena que realizó, inspirado sobre una pieza Kabuki, como salia volando por los aires utilizando "hilos invisibles").

Una de sus últimas puestas en escena ha sido "El último baile de Isabel ", que narra los últimos dias de la reina Isabel I de Inglaterra.

4 comentarios:

Javier dijo...

Excelente post que nos acerca a ese gran conocido y a la vez tan desconocido mundo que es Japón.
Por otra parte encuentro acertado el engranaje con el mundo ta peculiar e inspirador que crea Lindsay Kemp, quien por su parte merecería un post integro.

Anónimo dijo...

Que ionteresant leer y aprender, utilizas bien tu blog. Felicitaciones.

Saludos de Chile. Visitame

www.blogs.ya.com/bajo7llaves

pon dijo...

Buenísimo, Sapiensis, siempre un placer, un aprendizaje y un alto relajante y agradable. Besitos.

Homo-Sapiensis dijo...

Muchisimas gracias lor vuestros comentarios... Abrazos