sábado, abril 12, 2008

Danzando con el sol y la luna

De día El Sol acaricia mi rostro con sus manos tibias
y cosquillea mi cuerpo con las gotas del rocío mañanero que sopla sobre mi piel.
De noche La Luna me acurruca y me susurra su dulce y misteriosa melodía,
pétalos multicolores revolotean alrededor de mí al son de su canción,
como purpurina festiva y fantasiosa…
Y comienzo a danzar sin parar, como en medio de un ritual en el que, de día, me dejo seducir y me entrego por completo a la fuerza y a la protección del abrazo del Sol… Y de noche, persigo insistente a la Luna buscando penetrar en su sombra íntima, para llenarla de mis más fantasiosos e inocentes deseos…
"Homo-Sapiensis"

1 comentario:

Javier dijo...

Dualidades, suma de deseos y vivencias que conforman las dos caras de una moneda.