martes, mayo 09, 2006

Al Principio...

Y llegó el momento en el que Dios tristemente se dio cuenta de que de nada le servia éso, de ser Dios, pues sólo él y nada ni nadie más existía en la inmensa oscuridad... Entonces, intentando vaciarse de esa ansiedad solitaria, comenzó a masturbarse desesperadamente, provocando el "Big-Bang"... Asi fué como, esparciendo lujuriosamente su semen, creó el Universo...

Homo-sapiensis

Es o no Es...

Motivado por algunos comentarios que gentilmente han honrado en dejar aqui amigos como "Stan","bred", "AntOnio" y "Tag", entre otros,- y los cuales he copiado juntos en este bloque- me hago las siguientes preguntas...

¿Será el "Amor" un estado mental, consecuencia orgánica de la quimica de nuestro cerebro y nuestro cuerpo?...o por el contrario...
¿ Será esa "escencia divina y misteriosa" que nos diferencia de otras especies, y que da sentido último a nuestra existencia o gran parte de ella?...
¿Cual será el verdadero origen y fin de ese "Amor"?...
¿Seriamos iguales si no poseyéramos la capacidad de manifestar ese sentimiento?...

¿Será que nos empeñamos en confundir su significado y sentido, arrastrados por el sueño del mito?...
¿Será cierta la frase que dice... "Por qué le llaman "Amor" cuando quieren decir...?

Tal vez sean demasiadas preguntas, tal vez la respuesta sea una sola...?Tu que dices?

el hechizo de La Luna

…Entonces, “La Luna” comenzó a girar en torno a mi, mientras “Ganímedes” disponía su copa para recibir el místico y poderoso “Néctar” y verterlo sobre mi. Yo solo observaba como “Sèmele” cambiaba de “crecientes” a “menguantes” rápidamente, tanto, que comencé a sentirme como hipnotizado y mareado. Tuve que ponerme de rodillas en el suelo para no caerme, al ver que “La Luna” en su revolución precipitada comenzaba a llorar, sudar y babear toda ella, mientras gemía desesperadamente, aunque no sabía si era de dolor o de placer, pues encontrabame muy impresionado por lo que estaba presenciando. Entonces, todas esas secreciones pasionales y misteriosas de “La Luna” comenzaron a verterse mezcladas en la copa que “Ganímedes” mantenía sobre mí, llegando a ebullir y rebozarse sin parar sobre todo mi cuerpo; como si “La Luna” entera se estuviera vertiendo sobre mí. De repente me vi bañado en una especie de marea en la que parecían entremezclarse el agua del mar, la leche que brota de las mamas de una cabra y la filigrana de plata más brillante que nunca antes había visto en todo el reino de “Zeus”…

…Todo mi cuerpo se había vuelto plateado y brillante, como aquella misteriosa mezcla de pócimas de poder que aún seguía vertiéndose sobre mí sin cesar, y no satisfecha “La Luna” al ver aquello me pidió:

_ “Evyenie”, has de beber si de verdad un “Dios”
quieres llegar a ser._


Parte de mi novela "Juegos de Poder entre El Sol, La Luna y Yo".
"Homo-sapiensis"